Lya Imber de Coronil, Caracas: El Nacional, 2010.
Cuando llegó a la Universidad «la gente se agolpaba para verla, pues era larguirucha, de ojos verdes y rubia, además no hablaba castellano…» . Así describe Idelfonso Leal en su Historia de la UCV (citado por Ana Teresa Torres) el ingreso de Lya Imber a la Facultad de Medicina.
Era 1930, en la UCV ardían todavía los carbones de la rebelión en 1928. La estudiante larguirucha y de ojos verdes acababa de llegar a Venezuela. Había nacido en Odesa en 1914, que para entonces «era la cuarta ciudad del imperio ruso y el puerto más importante del Mar Negro». Escrita por una psicóloga, novelista y ensayista, esta excelente biografía aborda el personaje y sus mundos. Torres observa la clave indispensable para la comprensión de estas historias, aquello que afectará la vida de la biografiada y su familia: «Eran tiempos y lugares de guerra, en la alborada de los totalitarismos que cubrieron Europa». Así fue como la familia de Ana y Nahum Imber y sus hijas Lya y Sofía se vieron precisados a emigrar, corriendo los avatares de la discriminación y del odio político desatados por los totalitarismos del del siglo. De la Rusia turbulenta viajaron a Rumanía y, finalmente, el destino los trajo a Venezuela, tierra donde echaron muy ondas raíces.
Simón Alberto Consalvi
Puede leer:
Sobre la Biografía de Lya Imber
- «Fue sobre todo una luchadora social», por Milagros Socorro (El Nacional, 25/09/2010)
- Lya Imber, por Elsa Cardozo (El Nacional, 07/11/2010)